¿Qué queda de tanto?
Una vez acariciaste el mundo,
Pero, de eso, sólo quedan
Restos, como del día un segundo;
Y aquí estoy, las horas eternas;
La oscuridad fuera de tus senos,
El fuego más allá.
Quiero cruzar el río, pero sin remos,
Ya sólo veo el titilar
De tus distantes cristales,
Sombras entre nosotros.
Hundido, perdido, toscos
Pensamientos, aúllan las veleidades.
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