martes, 12 de febrero de 2008

El pueblo por el que el Presidente dio su muerte


“Pagaré con mi vida la lealtad del Pueblo”,
Dijo firmemente el justo presidente.
Y cierto era, dio su vida por un reino persistente
En su tarea de medrar, codicioso como lobo,
Que asfixia a la débil oveja,
No por hambriento, sino porque está cansada y vieja,
La boca salivosa, inyectada en los sangrientos sueños,
Duras y duraderas ambiciones de ser dueños
De su miseria más impenitente
Del dolor de horrores balbucientes.
“Pagaré con mi vida la lealtad del Pueblo”,
Pueblo hambriento, roto y perdido
En sus ansias de mendrugos finos, raídos
Sus corazones, enterrados sus anhelos.

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