Ígneas ventanas elevadas
Miro la pared, y trato de abrir la ventana de los sueños;
Me quemo,
Siento que se interponen las pesadillas de ayer y de antaño;
Y temo,
Pero soporto las llamas enardecidas por los vientos
Del pasado,
Aunque me debilito, poco a poco se desvanece el sufrimiento
Rezagado.
Ahora siento que puedo mirar a través de la ventana,
Elevada,
Alzo mi cuello, y veo la realidad hirviendo temprana.
¡Llamaradas!
Sé que la sinceridad dulce no es un atributo de ella,
Pero me engaño,
Y creo en su benevolencia, en la belleza bella
Del empeño,
De la perseverancia, del sentir del Mundo,
Mi mundo.
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