No hay felicidad más cuerda
que la que tú alimentas con tu sonrisa,
que es como una concatenación
trémula, nerviosa...
Sin embargo, con cada beso, cada abrazo,
siento un zozobra infantil:
¿Cuándo acabará, cuando empezamos?
Esas preguntas que solo se pueden resolver
con un beso, un abrazo...
Te quiero, dices a veces, con esa voz
que mana de un jardín de azucenas.
Y es como cuando el huracán arrasa
y entonces alguien sube el volumen de la minicadena
que resuena por encima del barullo de la tempestad.
Te quiero, repites, expectante:
quieres oír de mi voz el reflejo
inherente a esa expresión tan obsoleta
y sin embargo, tan nueva en tu boca,
tan distante ahora, a cientos de kilómetros,
y tan cercana, a un tiro de susurro.
Y ahora sé, ahora que se desvancen las desavencias,
y queda, al fin y al cabo, el resto de besos
grabado con calma, poco a poco, en mi piel,
ahora, precisamente ahora, sé que te quiero,
que esas dos palabras tan tuyas y mías, tan de nadie
en realidad, no son meras cadencias de unas lenguas ociosas
que dicen lo que quiere ser oído.
Ahora sé que te quiero.
que la que tú alimentas con tu sonrisa,
que es como una concatenación
trémula, nerviosa...
Sin embargo, con cada beso, cada abrazo,
siento un zozobra infantil:
¿Cuándo acabará, cuando empezamos?
Esas preguntas que solo se pueden resolver
con un beso, un abrazo...
Te quiero, dices a veces, con esa voz
que mana de un jardín de azucenas.
Y es como cuando el huracán arrasa
y entonces alguien sube el volumen de la minicadena
que resuena por encima del barullo de la tempestad.
Te quiero, repites, expectante:
quieres oír de mi voz el reflejo
inherente a esa expresión tan obsoleta
y sin embargo, tan nueva en tu boca,
tan distante ahora, a cientos de kilómetros,
y tan cercana, a un tiro de susurro.
Y ahora sé, ahora que se desvancen las desavencias,
y queda, al fin y al cabo, el resto de besos
grabado con calma, poco a poco, en mi piel,
ahora, precisamente ahora, sé que te quiero,
que esas dos palabras tan tuyas y mías, tan de nadie
en realidad, no son meras cadencias de unas lenguas ociosas
que dicen lo que quiere ser oído.
Ahora sé que te quiero.
1 comentario:
El amor nos hace mejores personas... Me hace feliz saber cuán te está haciendo crecer éste. Como escribe Gala: "Cuando el amor comienza, hay un momento / en que Dios se sorprende / de haber urdido algo tan hermoso. / Entonces, se inaugura / -entre el fulgor y el júbilo - / el mundo nuevamente, / y pedir lo imposible / no es pedir demasiado."
Publicar un comentario